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miércoles, 23 de septiembre de 2015

Intento dejar de fumar

Lo que duele no es, en sí mismo, el dolor. El dolor es el síntoma. Lo que duele, lo que pica, lo que escuece, es la ausencia.

Dentro de lo malo, por causa del malestar, escribo. Lo malo de escribir es que se le canta a lo que se pierde, a lo que quedó por el camino.


Y a mí, que me nubla siempre la coherencia, que disipo el humo con el frío de mi mente, que la lógica domina cada paso que doy (o casi), acabo haciendo jirones toda creencia, toda idea, toda norma o ley que me obligo a cumplir, y llego a pensar y a confirmar (en contra de mi voluntad) que un día de estos, puede que hoy, mañana o ayer, las ganas serán más fuertes que todo lo demás. Y tendré que volver a empezar de cero.




martes, 9 de diciembre de 2014

"Will you still love me when I've got nothing but my aching soul?"

Lana del Rey



Me gustaría asomarme a la ventana y verte, de pie, junto a la farola; y que me esperes salir de casa, con los cielos muy abiertos y la sonrisa de limpio.

Y bajar yo rápidamente la escalera. Y abrir la puerta. Y salir, y abrazarte. Y decirte no, porque sé que no, y sabes que no. Y volver a casa. Y mirar desde la ventana.

Pero sobre todo me gustaría verte cuando me asomo a la ventana, de pie, junto a la farola; y que me esperes salir de casa, con los cielos muy abiertos y la sonrisa vestida de limpio.

Pero no estás.





miércoles, 24 de septiembre de 2014

Me fui.


"Till rising and gliding out, I wander’d off by myself,

In the mystical moist night-air, and from time to time,
Look’d up in perfect silence at the stars."



Walt Whitman








Me fui.

Dejé de mirar atrás, por si así tropiezo menos al caminar.
Quédate con los años, con las canciones, las charlas y sin un solo ápice de mí.
Oyendo, pero sin escuchar. Mirando, pero sin ver.

Me fui de ti.

Me fui por mí.

lunes, 24 de marzo de 2014

Oír la luz


"Es preciso que todo en apariencia acabe


para que al fin comience"



Eloy Sánchez Rosillo, Oír la luz.





Las tres muchachas de plata danzan con sus tres hermanas de luz de luna.



Las diosas de negro ébano y blanco níveo camuflan los silenciosos gritos del espeso aire de la alcoba.

Y todas ellas navegan en el humo de las noches como esta.

Y así noche tras noche. Me abrazan, me rodean, me ríen, me huyen, me persiguen, me sueñan, me respiran y me viven. Noche tras noche; haciendo reír a mi tristeza, con el propósito de que un día (cada vez más cercano) podamos, al fin, oír la luz.




lunes, 4 de noviembre de 2013

Cuatro de noviembre

No sé si más o menos, pero con certeza sé que jamás como a ti.

La ropa en el suelo, la risa blanca, la luz apagada.
Noviembre, el mes más dulce; mi cama, la música; mi luna en la ventana.
Mis pies en tus zapatos, tu camisa en mis hombros, mis besos en tu espalda.
Debussy cada noche, mis “naranjas cada vez que te levantas” todas las mañanas. Y noviembre.
Los ojos abiertos, tu punta de la nariz. Mi luz de las noches, las notas en las páginas de mis libros. Mi cine con manta de los domingos. Y noviembre.
Mi brisa en Cádiz. Mi sol al alba. Mi luz violeta, mi vista azul. Mi noviembre.





Largas noches. Ojos abiertos. Sueños ocres.
Frío. Frío. Frío.
Noviembre. El mío. Sin ti.
No sé si más o menos, pero con certeza sé que jamás como a ti.

lunes, 21 de octubre de 2013

De cómo giran los talones sobre un zapato de tacón.


"Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación de saber que estos son los últimos versos que te escribo."

Joaquín Sabina.



Nadie te dijo que aquellos zapatos, tan rojos, tan vivos, se tornarían del azabache más lúgubre y oscuro que pudieras imaginar.

Cómo pensar que pudieran ser tan eternas las noches. Cuándo cesaría la risa de tus rizos negros.

Nadie te habló de las velas que verías consumir. Quién te diría que se volverían negras las lunas y ocres los cielos.

Pero yo, en esta noche, te diré cómo nacerá de tu alma endrina, de las hoscas cenizas, un andar que ríe rubro. De cómo, fuerte y valiente, brotará cuando duerma el sollozo oscuro, el sombrío llanto del camino que sigue el zapato que vistes ahora.




sábado, 12 de octubre de 2013

Tú.


Me dueles. Me duelo. Me duele que tomen los sueños tu forma. Me duele que se unan el día y la noche, una y otra vez, sin poder tomar un solo descanso. Me duelen el vaso y el humo. Me duelen las esquinas. Me duele la alcoba. Me duelen las farolas que no nos alumbran.
Pero sobre todo, me duele ese mundo, esa vida (la mía), que se llena de tu ausencia.